
¿Qué calefacción necesita tu vivienda?
Si te estás planteando reformar tu vivienda e instalar una calefacción económica pero práctica y de buen resultado, tienes que analizar una serie de variables. El consumo suele ser alto, ocupando gran parte de la factura energética de tu hogar o local de trabajo, por lo que la selección de una calefacción barata debe ser cuidadosa y bien planteada.
A modo de ejemplo, una moderna caldera de condensación aporta una calefacción económica mucho mayor que una caldera tradicional. Pero para ello es preciso que la vivienda tenga un buen suministro de gas. En España, se estima que el suministro de gas canalizado no llega ni a la tercera parte del total de los hogares.
¿Qué calefacción necesita tu vivienda?
En el supuesto de que no se disponga de esta canalización de gas ciudad, Hay unos consejos que pueden ser muy útiles para instalar una calefacción barata:
Si tienes una vivienda grande, pero situada en un lugar no demasiado frío, puedes optar por una caldera mixta de gas propano, tanto para la calefacción como para el agua caliente, con sus radiadores dependientes. Otra opción es un sistema eléctrico de convectores, con un termo eléctrico para el suministro de agua caliente.
Por el contrario, si tu hogar está ubicado en una zona muy fría, posiblemente lo mejor es elegir unan bomba de calor eléctrica y un termo para el suministro de agua caliente. La bomba de calor te aportará el doble uso de calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.
Para el caso de viviendas pequeñas, de superficie inferior a los 100 metros cuadrados, hay que diferenciar, igual que antes, que se trate de una zona cálida o fría. En el primer caso, lo ideal es una calefacción de las llamadas “de apoyo”, es decir, combinar radiadores eléctricos o convectores para calentar la vivienda y un termo eléctrico para suministrar agua caliente. Si se trata de una zona fría, un sistema de acumuladores con tarifa horaria según sea más conveniente, y un termo eléctrico para el agua caliente, será la mejor opción.
En el supuesto de que puedas contar con gas natural, su precio continuará siendo inestable y variable en el futuro, lo mismo que sucederá con el gasóleo. En una comparativa de todos los tipos de combustibles que hemos mencionado, la peor parte se la lleva el gasóleo, con inconvenientes para su almacenamiento y suministro, además de un incremento desorbitado en su precio, en los últimos años.
Podemos considerar los sistemas más interesantes la biomasa, el gas natural y la aerotermia. Pero no son todas ventajas, la biomasa ocupa espacio de almacenamiento, el gas natural va a seguir subiendo con toda probabilidad en su precio, y las bombas aerotérmicas tienen un bajo rendimiento en el caso de temperaturas extremadamente bajas.